Recuerdo una vez, en un encuentro de jóvenes, habíamos elegido algunas escenas como disparador de un debate. Cuando terminamos de proyectarlas todos quería seguir viendo el resto del film.
Seguramente, las muy buenas actuaciones de Sally Field y Gary Sinise y por supuesto del protagonista: Tom Hanks, que desarrolla un papel excelente en un personaje que parece creado a su medida, son importantes para el éxito.
También, tanto el sonido en general y algunos temas en particular como la fotografía, que nos estremece en medio de un bombardeo o nos invita a correr para acompañar a Forrest en esos paisajes de ensueño son herramientas de mucho peso para el producto final.
Pero creo que ver un mundo donde la inocencia triunfa, donde, muchas veces, se ridiculizan falsos ídolos, se critica a una sociedad que se 'las sabe todas', se cuestionan las instituciones y en cierta medida se denuncia la hipocresía del sistema, nos gusta, nos dan ganas de creer que de verdad la cosa puede ser así.
La desproporción, el absurdo y las exageraciones son una constante en el film, pero en lugar de hacernos desviar la mirada, captan más nuestra atención y nos atrapa en una historia que con una fina nota de humor nos hace enamorar cada vez más del personaje y de un mundo donde no es la inteligencia ni la fuerza la que domina, donde las relaciones son importantes y la amistad y el amor son pilares en la construcción de la vida.
No escapa al estereotipo norteamericano donde triunfar en la vida pasa por tener dinero, pero quizá de otro modo no se podría haber sintetizado una autocrítica tan elaborada, así que salvando esto, la obra es una suma de buenos ingredientes correctamente ensamblados: una película EXCELENTE.
Es apta para todo público, con algunas escenas un poco fuertes de la guerra y otras con sugerencia sexual, pero sin contenido explícito.
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